sábado, 8 de junio de 2013

Atrás de una sonrisa...

Empieza el día y te sientes fatal. Cansancio, desvelo, estrés, preocupación, tristeza, ansiedad, soledad, dolor... cualquiera de estos (o todos juntos) apagan en ti tu mejor aspecto: tu sonrisa.

Todos te conocen por tu sonrisa, por la luz que irradias al pasar entre ellos. Llegas a tu trabajo, universidad, casa o grupo social y todos esperan que les inyectes energía, que los contagies de tu sonrisa y que les enseñes, con el ejemplo, que se puede ser feliz a pesar de todo.


Así que, desarrollas una nueva tecnología, una "app" instalada en ti mismo que te permite, como por arte de magia, dibujar tu mejor sonrisa en el momento preciso, secando las lágrimas que la antecedan y limpiando cualquier rastro de tristeza, preocupación, dolor, soledad o ansiedad que pueda haber en tu rostro.

Inocentemente, crees que al sonreír a pesar de lo que te pase le estás haciendo un favor a los demás. Estás en lo incorrecto. En realidad, al sonreír te estás haciendo un favor a ti mismo. Cuando sonríes, tu cuerpo le manda un mensaje a tu mente diciendo "todo está bien", "hay muchas más razones para sonreír que para llorar, para agradecer que para lamentarse". Así que, a pesar de lo que puedas estar viviendo, sufriendo o sobreviviendo, no olvides sonreír. Será tu mejor terapia. 

Y si tú estás del otro lado, recibiendo la sonrisa, recuerda que la persona que más sonríe, muchas veces es la que más necesita una sonrisa. Por lo tanto, si encuentras a algún "loco" que te sonríe sin razón, acepta su invitación y sonríele de regreso. Ambos compartirán un momento único y, quién sabe, quizás hasta curen sus corazones y almas en un par de segundos. 

"Sonríe aunque sólo sea una sonrisa triste, porque más triste que la sonrisa triste, es la tristeza de no saber sonreír." - Charles Chaplin